Silencio

De una manera casual un día tapando con blanco un cuadro que no me convencía me encontré con una imagen que me cautivó. Sentí que allí estaba ocurriendo algo interesante y comencé a indagar en esa trayectoria sumergiéndome completamente en el mundo de la abstracción. Esta ha sido mi casa desde hace más de veinte años.

Mi relación con el abstracto ha ido evolucionando con el tiempo. En un principio buscaba el diálogo entre las manchas y el fondo, como un baile entrelazado, donde figura y fondo muchas veces intercambiaban su papel. Después me descubrí detrás del aire, ya no me importaban tanto las formas representadas como que el cuadro me invitara a entrar en él, en su profundidad, creando una atmósfera envolvente que evocara ese lugar donde respirar ampliamente. Más tarde observé que, además del aire, buscaba en los cuadros el silencio interno, la quietud, la serenidad. Pintar abstracto me lleva a un lugar de conexión conmigo misma donde me vivo en total libertad, donde solo soy, en total plenitud, libre de ser y hacer. Desde ese silencio mental, toco el aire con mis manos respirando paz y armonía.

Isotipo